Una
impresora láser utiliza una
tecnología de fotocopiadora sin impacto, es decir, las teclas no tocan el
papel. Cuando se envía un documento a la impresora, un rayo láser “dibuja” el
documento en un tambor recubierto de selenio, usando cargas eléctricas.
Después
de cargar el tambor, se enrolla en tóner, un tipo de polvo de tinta seca. El
tóner se adhiere a la imagen cargada en el tambor, entonces el tóner se
transfiere a una hoja de papel y se fusiona con calor y presión.
Una
vez impreso el documento, se retira la carga eléctrica del tambor y se recoge
el exceso de tóner. La mayoría de las impresoras
láser imprimen sólo en monocromo.
Capacidad y velocidad
de impresión:
las impresoras láser personales son suficientes para imprimir un promedio de
200 páginas por semana. Estos son de gama baja y pueden imprimir hasta ocho
páginas por minuto (ppm). Para una impresora de grupo de trabajo se necesita un
promedio de 1,000 páginas por semana, estos imprimen hasta 24 ppm. Si se
necesitan impresoras de producción para imprimir 50,000 o más páginas por
semana, estos son bastante caros y son utilizados por los editores comerciales,
pero pueden imprimir hasta 700 ppm. Pueden imprimir 24 horas al día, siete días
a la semana.
Resolución: la resolución estándar
en la mayoría de las impresoras láser de hoy es de 600 puntos por pulgada
(ppp). Esta resolución es suficiente para la impresión diaria normal, incluidos
los pequeños trabajos de publicación de escritorio. Una impresora de producción
de gama alta puede tener una resolución de 2,400 ppp.
Algunas
impresoras láser todavía utilizan
una resolución de 300 dpi. Esta resolución puede hacer que aparezcan líneas
irregulares en el borde exterior de una imagen. HP creó RET (Resolution
Enhancement Technology) para corregir esto. RET inserta puntos más pequeños en
los bordes de las líneas y para suavizar los bordes ásperos. RET no mejora la
resolución, pero el documento se ve mejor.